Las consultas por depresiones y ansiedad se multiplican entre los desempleados
Tejido Social, un blog informativo con el apoyo de la Escuela de Psicología Social para la Salud Mental-Sede San Miguel- Director Académico Alfredo Moffatt- Directora Estala I. Cordero. Director del Blog Julio C. Gardella.
Las salas de espera de las consultas de psicólogos y psiquiatras han comenzado a reflejar como un espejo de aumento el azote del desempleo en la Región. Las últimas cifras se hacían públicas la pasada semana: casi 90.000 parados en Murcia, más de 2,8 millones en España, y unas perspectivas de futuro laboral nada halagüeñas.
El año 2008 va camino de pasar a la historia laboral de la Región como uno de los más funestos, y la mala situación del mercado de trabajo ha empezado a dejar su estela en los centros de salud mental disparando y multiplicando por tres las consultas por cuadros reactivos asociados al desempleo.
De hecho, la pérdida del trabajo es la cuarta causa exógena de depresión y ansiedad, ya que puede ocasionar un trastorno adaptativo que no todos somos capaces de asimilar sin consecuencias.
Los pacientes que han comenzado a desarrollar síntomas asociados a estos trastornos después de haber perdido el trabajo han aumentado en los últimos meses cerca de un 30%, calculan los profesionales. «Nos espera una crisis larga», augura Francisco Toledo, de la Unidad de Agudos del hospital Virgen de la Arrixaca y profesor asociado de Psiquiatría en la Universidad de Murcia.
Por supuesto que todas las personas que pierden su trabajo no tienen por qué desarrollar ninguna patología, y de hecho la mayoría no lo hacen. Pero sí es cierto que son muchos los nuevos parados a los que les cuesta asumir la nueva situación. «La explicación es sencilla. Las personas tienen la vida, más o menos, calculada. Sabemos cuáles son nuestros ingresos, que podemos ir un par de veces al mes a comer fuera, que trabajamos de lunes a viernes... De golpe, bajan los recursos y hay que cambiar el estilo de vida. La readaptación, cuando es a peor, es mucho más difícil, sobre todo a partir de ciertas edades».
Pérdida de apetito, tristeza, apatía, falta de confianza, tendencia al llanto, irritabilidad... Son algunos de los síntomas que pueden aparecer a lo largo del proceso de adaptación a la nueva situación.
El complicado futuro económico y laboral que pintan los medios de comunicación a diario no ayuda: «Los mensajes que se están lanzando son señales ansiógenas que se reciben de forma permanente, sobre todo por parte de quienes están predispuestos a hacerlo», afirma Toledo, quien asegura que el aumento de consultas por trastornos ansiosos o depresivos relacionados con la pérdida del empleo «ha aumentado de forma clara y evidente».
Mariano García, profesor de Psicología y responsable del Servicio de Ergonomía y Psicosociología Aplicada de la Universidad de Murcia, remarca que el empleo está muy vinculado a la identidad social del individuo, que al perder el trabajo, «se puede sentir aislado socialmente, lo que puede llevarle a la melancolía y la depresión».
Los médicos de familia confirman esta tendencia. El presidente de la Sociedad Murciana de Medicina Familiar y Comunitaria, Juan de Dios González, asegura que «en estos tiempos de crisis» ha aumentado los hombres de más de 60 años que acuden a la consulta diaria para pedir la incapacidad temporal para llegar a la jubilación. «Te piden de una manera camuflada que los metas en una situación de incapacidad para ver si consiguen aguantar», comenta a Europa Press.
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Javier Rodríguez Escobar
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